Así que este es el final.
Las municiones se acabaron, el cuchillo se quedó sin filo, mi propio cuerpo se encuentra roto y sin fuerza… Pero las criaturas no dejan de salir.
Maldigo a la Agencia por enviarnos aquí a morir. Tres FEMs fueron destruidas en segundos. ¡Tres malditas FEMs!
Jamás tuvimos oportunidad. Solo fuimos carnada.
Pero si he de morir aquí, no serán las bestias quien acaben conmigo, al menos esto último lo puedo hacer.
No seré un sacrificio más de la Agencia.
Entonces, ellos finalmente me alcanzan, no hay nada más que hacer. Sin embargo me levantan con camaradería y cálido afecto como recibiendo a un familiar.
Pasa el tiempo, y ahora, las tropas de la Agencia se encuentran frente a mí.
Los ilusos serán mi alimento. Tres FEMs fueron enviados a acabar con nosotros.
Disparan hasta quedarse sin balas, atacan con sus cuchillos hasta romper sus hojas, pelean con sus demacrados cuerpos hasta quedarse sin fuerza.
Es inútil. Tan solo los devoraremos entre alaridos. No son más que ganado.
Al final uno se encuentra frente a mí, su mirada refleja un familiar sentimiento de impotencia y traición. Le extiendo la mano con amabilidad.
Es como yo.