Un hombre mayor, canoso, con un leve cojeo, aunque de paso tranquilo y firme se acerca al centro de la plataforma del auditorio. Se quita el sombrero fedora adornado con una pequeña pluma rojiza y la gabardina gris con señas de un largo uso que traía puesto. Con leve ademán se abre un portal brillante como llamas y chispas de colores iridiscentes y símbolos arcanos. Y, sin prisa alguna, introduce sus prendas y el portal se cierra evaporándose en la nada.
Buen día tengan todos ustedes. Soy el Dr. Marshall Corvus Wiki, egresado de la Universidad de Arizona con título de Alquimia y doctorado en Espagiria. Sin embargo, mi experiencia y conocimiento se extiende a diversas ramas de la física y química, así como cierta conocimiento avanzado y competencia con la magia de creación y la magia de invocación.
Muchos de ustedes habrán escuchado de mí, otros ni siquiera sabrían de mi existencia. Ambos casos no son para extrañarse, a decir verdad. Pero, haciendo un resumen, soy solo un alquimista viejo y terco que sabe mucho, como una enciclopedia andante, cuya única motivación es llegar al final del día sin que su mujer lo mande al sillón por darle demasiada importancia al trabajo.
Leves risas se escuchan en el auditorio. El Dr. Wiki hace una pausa, y prosigue.
Bueno, como el doctor y archimago Llamas lo dijo en una plática anterior, me corresponde hablarles un poco de las partículas que influyen en la taumaturgia, predichos por la Teoría Mística de Campos de Rosell y posteriormente descubiertas y confirmadas por medio de experimentos y observaciones de fenómenos místicos vaticinados por dichas ecuaciones.
Sin embargo, dado a unos inesperados cambios de itinerario, me ha sido encargada la labor de también hablarles de otro tema. Es un error bastante común confundirlos, aún entre veteranos, no se preocupen, no se han equivocado de conferencia: el funcionamiento y diferencia entre los tres pilares de la Taumaturgia que son la Magia, la Alquimia y el Espiritismo
Originalmente yo no iba a dar ambas charlas, sin embargo, mi superior, la directora Dorothea Castelo, me ha pedido cubrir ambos temas ya que por motivos laborales le fue imposible venir y platicarlo ella misma, por lo que he decidido unir ambos temas en una sola plática. Quizá para algunos sea mejor así. Es bastante incómodo tener a esa ave de metal enorme que tiene por familiar rondando por ahí con esa mirada asesina. En fin, la plática de hoy será algo extensa, así que disfrutaremos de nuestra mutua compañia por un buen rato.
Primero hablaremos sobre las partículas místicas. No me adentraré en la Teoría Mística de Campos, ya que es tan complicada que es como querer entender el Modelo Estándar de la Física en un curso de una semana. Para eso están los libros y créanme que ellos serán unos de sus mejores amigos en este trabajo. Por ahora, simplificaremos lo más posible y sólo nos concentraremos en las partículas que rigen los fenómenos táumicos y sus manifestaciones principales.
Las fuerzas místicas son regidas por cuatro partículas: maghiones, aetheriones, dynamiones y psiones.
Los maghiones son unas partículas que determinan la afinidad de la energía táumica. Son muy prominentes en la magia, la cual debido a su naturaleza de usar las fuerzas místicas del ambiente para transformarlas o redirigirlas. En otras palabras, si piensan en usar fuego al utilizar magia, los maghiones son los que sintonizan la energía táumica, energía arcana, mana, prana, chi, psi o como le quieran llamar según la corriente filosófica y mística que sigan, en elevar la temperatura de los gases del entorno hasta convertirlos en un plasma incandescente que quema todo combustible en el aire. En otras palabras, fuego. Si quieren usar electricidad, en cambio, los maghiones serán un catalizador en la acumulación de electrones y en romper el aislamiento del aire entre ustedes y el blanco, creando de manera efectiva lo que es básicamente un arco eléctrico inusualmente preciso. Un rayo en miniatura teledirigido. Y así con cada forma de taumaturgia, en especial la magia, la cuál por su naturaleza es muchas veces asociada a un elemento o atributo en particular de la existencia.
Los aetheriones son más relacionados a cuestiones internas. Todos los mortales cuentan con un alma, sin excepción: elfos, humanos, enanos, orcos, e incluso la Dra. Kindelan que está allá al fondo, que es mitad humano, un cuarto orco y un cuarto hada.
Wiki señala a una joven investigadora con poco tiempo de ser ascendida, la cuál tenía piel azulada y cabello negro levemente iridiscente, la cual se sonroja ante la mirada de todos.
Vamos, vamos, dejen de mirarla, sé que es bonita, pero sean profesionales, la Dra. Kindelan es, así como la ven, bastante talentosa y, aunque le falta experiencia, es probablemente la superior de una gran parte de la audiencia aquí presente, así que compórtense.
Como decía, incluso seres no tan terrenales poseen análogos a los espíritus como núcleo existencial, como es el caso del vestigio de los seres espirituales, o la raíz de los demonios. Sin embargo, pese a ser diferentes, comparten en dichos núcleos existenciales una concentración de aetheriones, los cuales fluctúan dependiendo de los deseos y convicciones de aquel ser al que pertenecen. A la hora de usar las artes místicas son, de una manera casi poética, los portadores de la voluntad y el propósito del taumaturgo. El Dr. Geist explicará esto más adelante en otra plática. Les recomiendo no confundir los términos alma y espíritu en su presencia, ya que aunque en el lenguaje coloquial puedan ser análogos, para un taumaturgo que se respete son fundamentalmente cosas distintas.
En todo caso, prosigamos.
Los dynamiones son simples de explicar. Son las partículas taumatúrgicas que realizan cambios físicos en la materia tangible. Endurecer. Licuar. Ablandar. Esas escamas de dragón que se ven tan bonitas en las armaduras y armas de antaño deben su dureza a que mediante procesos alquímicos naturales realizados por la fisiología de esas majestuosas bestias han endurecido las escamas mediante la interacción con dynamiones enfocados en ello. Igualmente, las facultades de fortalecimiento físico naturales de los orcos se deben precisamente a la afluencia de dynamiones para dicho propósito. La adamantita de las armas de las que se enorgullecían los antiguos guerreros no era más que simple hierro expuesto a procesos de reforzamiento alquímico naturales. Los tres fenómenos comparten una prominencia en la intervención de dynamiones.
Por último, los psiones. Son partículas bastante interesantes, ya que se las vincula directamente al pensamiento de los seres sapientes, y, sin embargo, se han visto corrientes de ellas por el cosmos, como si de una gran mente universal se tratara. El taumaturgo las usa como un transporte de su poder, conocimiento y comprensión, un vínculo entre el pensamiento, la imaginación, el propósito y el mundo que le rodea, tangible e intangible. Si bien, las partículas anteriormente descritas son como la maquinaria de una fábrica, que realizan diversas acciones y modificaciones a partir de la energía mística, los psiones son las vías por las cuáles llegan los materiales a dichas máquinas y realizan la conexión de los distintos procesos en la línea de producción.
De una manera burda, se podría decir que son la guía que mantiene funcionando el resto de partículas según los designios del taumaturgo.
En este punto, algunos de ustedes habrán notado un cierto patrón o relación. Muchos otros estarán más confundidos que un viajero incauto de antaño que cae en los efectos psíquicos de algún parásito mental.
Se escuchan una vez más risas de fondo, aunque esta vez más por una incómoda cortesía al alquimista que por otra cosa. Y tras una pausa y leer el ambiente, el viejo alquimista continúa.
Hablo de que cada pilar de la taumaturgia parece ir de la mano de manera más significativa con un tipo de partícula mística específica. Y para algunos pueda que sea complicado de seguir, después de todo la mayor de la parte de la gente ve a la magia, la alquimia y el espiritismo como conocimientos ocultos y sin explicación lógica. Y para aquel que sólo cuenta conocimiento cotidiano realmente lo suele ser, aunque incluso en ciertos puntos lo es también para nosotros, a veces tan imposible de comprender como cualquier intento de unificación de la Relatividad General con la Mecánica Cuántica en la situación actual de la ciencia.
Ya lo dijo cierto personaje histórico, no diré quién es ya que la verdad pienso que es solo un ladrón de inventos, pero al menos esta frase suya es muy cierta: “No conocemos una millonésima parte del uno por ciento de nada”. Y yo, como alquimista, se que el conocimiento es una puerta poderosa que puede llevarnos a cualquier lugar, pero siempre hay que ir formando bases cada vez más amplias para poder procesar y sostener conocimientos que se vuelven reiteradamente más complejos, así como desarrollar el criterio y tesón de hacer a un lado aquellos datos y teoremas que se vuelven obsoletos.
La ignorancia y el conocimiento dudoso o anticuado es peligrosa en la vida del taumaturgo y mucho más en aquellos que no lo son que le rodean, sea esto de manera voluntaria o no. Por ejemplo, entre los siglos XII y XV hubo un personaje famoso por engañar a media Europa afirmando que era el taumaturgo más poderoso, conocido como Preste Juan y todos creían que tenía un reino cristiano en algún sitio de Medio Oriente. Se decía que era el descendiente directo de los sabios de oriente que visitaron a Jesucristo y era el Architaumaturgo Supremo, un inmortal tras haber descubierto los secretos de la vida eterna a través de un elíxir milagroso, capaz de vencer hasta el peor de los males del cuerpo, la mente y el espíritu. Y la bastante crédula gente que cayó en sus engaños costó al continente europeo una pequeña fortuna y algunas vidas humanas derivadas de estafas, riesgos innecesarios contra la salud y hasta disputas regionales para ganarse el favor de uno los truhanes más grandes del medioevo europeo.
El viejo Wiki pudo ver el interés en la gente sobre lo que acababa de mencionar. Los murmullos eran claros.
Puedo ver la curiosidad en sus caras. Y mis oídos aun escuchan bastante bien. El secreto de la vida eterna. No son los primeros ni serán los últimos en preguntarse al respecto. Haremos una pequeña desviación y les hablaré un poco de ello.
Al menos desde mi conocimiento tenía entendido que el último alquimista trabajando en ello, Erland Rasmus, migró a la nación feérica de Ávalon en 1947, pero ya no se supo más de él, y como es conocido, desde su “apertura al mundo", entre comillas, ese reino de hadas tan peculiar siempre ha sido muy cerrado respecto a lo que sucede dentro de sus fronteras, por lo que no sabemos más de él. Oficialmente, no se ha creado el elíxir de la vida eterna. Y respecto a Erland Rasmus podemos considerarle muerto por ausencia. Si fuera real, sería muy bueno conseguirme un poco. Me caería bien un poco para remover mis canas y las de mi esposa. Sería un buen regalo de aniversario.
Un agotado suspiro se escapa del viejo doctor. Se recompone y continúa hablando
Bueno, prosigamos con la siguiente parte de esta plática: la naturaleza y diferencias entre los tres pilares: la alquimia, el espiritismo y la magia.
La magia. El Dr. Llamas, Archimago, ya les habló sobre ella, así que seré breve con ella. La magia es el arte y ciencia mística más común y conocida de todas. Es tan difundida y practicada que tenemos un promedio de entre 80 y 120 archimagos nuevos cada década en el mundo y en aumento. Y pese a lo que el Archimago Llamas diga de que no tiene idea del porqué el comité le ha declarado como uno, su poder y conocimientos son bastante notorios. Simplemente, la magia al ser tan difundida es común de ver que surjan personas diestras en este arte con mucha mayor frecuencia. No cualquiera logra engañar al comité y aún así pasar con honores.
La magia es, hablando sin mucho barullo, el poder usar y manipular las energías místicas que rodean el aura del taumaturgo para poder causar los efectos deseados. Como lo mencioné antes con el fuego y el rayo, todo es cuestión de visualizar el resultado, a lo cual la energía responde.
Claro, los efectos, así como la precisión y la magnitud de estos, podrían variar dependiendo de dos factores importantes: el poder del taumaturgo, necesario para poder usar mayores cantidades de energía y por lo tanto realizar acciones más grandes y potentes, y su imaginación e ingenio, necesarios para visualizar claramente lo que necesita realizar de manera clara y detallada. No es de extrañar que muchos magos entre sus experiencias y pasatiempos, hayan estado relacionados a las artes e ingeniería, donde la creatividad y la resolución de problemas son algo igualmente necesario. Curioso pensar que la típica imagen del “científico loco” sea realmente producto de magos creando artificios combinando magia con ingeniería.
Ahora, tenemos el otro lado de la moneda. El Espiritismo. Antaño se le consideraba a la magia y el espiritismo como un mismo arte, dado a ser tan similares. Sin embargo, aunque de comportamiento un tanto parecido, su naturaleza es bastante diferente. Y actualmente el número de espiritistas es el más pequeño entre las tres artes taumatúrgicas principales, no recuerdo la cifra exacta en estos momentos, pero si digo que son 20000 espiritistas en todo el continente estoy siendo bastante generoso, y la mayor parte son de bajo nivel. Y ni hablar de los archiespiritistas que son sumamente pocos.
Un recién ingresado en la Agencia entre la audiencia levanta la mano para hacer una pregunta. El viejo taumaturgo pide que se le de un micrófono y el joven pregunta:
Nunca había escuchado de la existencia de los archiespiritistas ¿Son pocos por tradición en una similitud como a que solo hay un Archialquimista?
El Dr. Wiki responde divertido por la pregunta:
Eso es una cuestión bastante interesante. Para responderla debo describir cómo funciona a grandes rasgos el espiritismo.
A diferencia de la magia, el espiritismo tiene como factores determinantes, no el poder y la imaginación, sino la voluntad, las motivaciones y propósitos del espiritista. Igualmente, las energías místicas que interactúan con estas habilidades provienen desde la misma aura del espiritista, siendo más una extensión de su alma que actúa sobre el mundo tangible y el intangible, esto sea el mismo mundo y sus elementos o los seres que lo habitan. Y obviamente en todo esto tiene una relevancia los aetheriones, a diferencia de la magia, dónde son los maghiones. Tal vez suene un poco raro, pero concédanme el beneficio de la duda.
La voluntad necesaria de un espiritista debe ser lo suficientemente firme como para evitar ser corrompida o contaminada por otras emanaciones e interacciones espirituales. Una persona sin el tesón y voluntad férrea necesarias intentando usar estas artes, va a terminar, tarde o temprano, siendo víctima de un rebote espiritual, lo cuál puede ser desde algo simplemente molesto hasta algo fatal o peor. No hay pocos espiritistas por falta de deseo y de personas estudiosas de este ámbito de la taumaturgia, sino porque faltan personas con sus motivaciones y tenacidad de espíritu los suficientemente fuertes como para prosperar como espiritistas plenos. Y mucho menos personas que puedan alcanzar el rango de archiespiritista.
No obstante, no todo está perdido, ya que el espiritismo más básico siempre ha auxiliado a la magia y a la alquimia. Como el Dr. Llamas lo mencionó, los seres humanos, a diferencia de otras razas como lo son los elfos o las hadas, no somos muy aptos para la magia, y sin embargo podemos usarla de la misma manera… Bueno, realmente no de la misma manera.
Nuestra magia está llena de símbolos y círculos mágicos. Estos símbolos son un llamado a los espíritus del entorno que sirven de catalizadores para que nosotros podamos usar la magia de manera libre. Algo similar sucede con la alquimia rúnica, dado que los símbolos y círculos alquímicos son un llamado a los espíritus naturales para la catálisis de los procesos de transmutación e infusión alquímica. Sin embargo, por lo general debes tener cierta afinidad espiritual para poder utilizarlos, para lo cual no soy muy bueno. En cambio, los simples mortales tenemos que usar aparatos y maquinaria de laboratorio para reemplazar estos procesos de catálisis espiritual con catalizadores físicos y químicos.
Sobre el espiritismo ya les hablará más después el Dr. Geist, cuya plática estaba programada, al igual que la del Dr. Howard sobre la alquimia, antes que esta, pero por circunstancias de la vida aquí me tienen. Creo que Howard tuvo otro arranque…
Dice la última frase bastante dudoso y en voz más baja, como aquel que habla desde la pena ajena.
En fin, ya que estoy entrado en el tema de la alquimia, les hablare finalmente de esta última. Como dije al principio, soy alquimista. Uno bueno quiero pensar y no es por presumir.
La alquimia es el arte arcano más cercano a la ciencia común del mundo físico. De hecho, actualmente es de regla estudiar bastante sobre física y química, en especial termodinámica y química analítica, solo por mencionar algunos tópicos, como parte de los programas de estudio de alquimia de casi todas las universidades y otras instituciones similares. Ha quedado muy atrás el tiempo en que la alquimia era solo un arte lleno de saber hermético de conocimientos difícilmente transmisibles o de aprender sin un maestro dispuesto a enseñar. Y precisamente, esto es el factor determinante que establece el alcance del alquimista en sus proezas, el conocimiento. La comprensión de cómo funciona el mundo y sus principios.
Cualquier conocimiento, por mínimo que sea, es de gran utilidad cuando está en las manos de un alquimista. Este usa tanto energías tanto dentro como fuera del aura del taumaturgo, infusionando o extrayendo las fuerzas arcanas que interactúan con la materia para provocar los cambios deseados, y esto solo se logra con un mayor conocimiento y comprensión del universo, como una especie de instrucciones que se le da a la materia mediante las fuerzas místicas. Y como la especialidad de la alquimia es los cambios en la materia, la intervención de los dynamiones es bastante notoria en las mediciones.
Otro factor importante, es que el alquimista debe saberse a sí mismo como una parte del todo, como lo es igualmente aquello que quiere modificar. Mientras más arraigada esta noción, más sencillo será poder tener un control y precisión de las fuerzas taumatúrgicas, siendo una extensión del mismo taumaturgo.
Mi amigo y colega, el Dr. Howard les hablará un poco más de la alquimia, siempre que esté lo suficientemente lúcido para hablar.
Una mano se alza mientras la cara a la que pertenece tiene una sonrisa pícara.
Y antes de que surja el listillo que pregunta sobre la piedra filosofal y la transmutación de los metales en oro les diré que el arte de la piedra filosofal está perdido y que AGIAT actualmente busca confiscar toda piedra usada ilegalmente y mantiene protegidas y vigiladas fuertemente las pocas piedras que mantienen un uso legítimo. Respecto a la transmutación de los metales en oro, ésta se logró, pero es ilegal y un cliché, los alquimistas tenemos cosas más importantes que hacer y hemos logrado cosas más relevantes para la humanidad, ya es anticuado sacar ese tema de conversación incluso para un viejo como yo.
Con esto damos por terminada la charla. Se que aún tienen diversas dudas, y créanme, mientras más sepan, más dudas tendrán. Las irán resolviendo mediante la práctica y el aprendizaje diario. La vida es un viaje que trata sobre aprender, aplicar y compartir conocimientos. Sobre todo, en este trabajo. Igual se agotó el tiempo de la conferencia desde hace un rato.
Wiki revisa su teléfono el cuál ha estado vibrando desde hace 5 minutos
Y si me disculpan, me necesitan en la Base #57. Pasen una bonita tarde y disfruten las conferencias de mañana.
Tras despedirse, abre nuevamente el portal multicolor con un suave pero firme ademán. Toma sus cosas, se pone el sombrero y la gabardina de manera despreocupada. El portal se cierra reduciéndose en un punto de luz que se esfuma gradualmente, tras lo cual sale con el mismo paso tranquilo pero firme con el cuál entró.